Tradicionalmente asociados a los hombres, a los de poder, a los de pocas palabras y a los de acciones, muchas o pocas, pero siempre determinantes. Los puros parecen encajar entre los dedos masculinos con naturalidad. Pero antes de llegar allí pasan por manos de mujeres, son parte crucial en su elaboración. En los últimos años, no obstante, las manos femeninas están empuñando los puros en público, y los disfrutan con orgullo y, por supuesto, mucho estilo. 

Aparecen con mucha más frecuencia en las redes sociales fumando, pero también en los eventos sociales de corte exclusivo y en los cigar clubs. Cierto, no se puede negar, las hay para quienes es una moda pasajera. Pero la verdad sea dicha, cada vez más se consolida un grupo de mujeres que disfrutan de los buenos humos con conocimiento de causa. 

Hablan de tú a tú sobre sabores, vitolas, color de la ceniza, tiro; incluso de las particularidades de la siembra y hasta de la relevancia femenina en una industria tradicionalmente considerada de hombres. 

Tabaco con aroma de mujer 

Los tiempos están cambiando, y no hace falta que lo diga Bob Dylan. No en vano, La Aurora Cigar nombró en 2021 una embajadora de marca. Algo está pasando en el mercado. 

Libia Fernández embajadora de La Aurora

“Ya las mujeres no optamos por vitolas pequeñas”, indica Libia Fernández, embajadora de la marca, “fumamos igual o más fuerte que los hombres”.

Por vitola se refiere a la longitud y al espesor del cigarro. Por fuerte se refiere a la intensidad del sabor, que usualmente se tiende a dividir en intensidad suave, media a alta y, finalmente,  alta. Hoy en día hay una fuerte tendencia de encontrar a mujeres que fuman puros con intensidad de media a alta. 

Esto también lo confirma Isis Lawrence, quien trabaja desde hace diez años en la industria tabaquera, desde hace cinco es una —muy bien formada— fumadora y desde tiempos más recientes lleva iniciativas para orientar a las mujeres en la cultura del tabaco. Una de esas vías es a través de su cuenta @isislawrence.cigarmoments

“Antes, los abuelitos y abuelitas fumaban en el campo, lo que pasaba era que no había redes. Pero eso siempre ha existido. Ahora bien, actualmente hay una tendencia, cada vez más mujeres se incorporan de manera activa en el mundo de los cigarros. En comparación con hace diez años, el cambio es notorio”, sostiene Lawrence. 

Una experiencia sensorial 

Hablar con una auténtica apasionada del tabaco implica hacerse entender a través de metáforas, las de los sabores específicamente. 

Las mujeres que ven esto como una pasión, se esmeran por ir más allá y educar el paladar. Ese es el caso de Fernández y Lawrence, quienes, además, han tenido la oportunidad de tener orientaciones de master blenders. 

“Hay gente que me dice: ‘No me vas a decir que tú le sientes eso del supuesto sabor a canela o a vainilla’”, relata la embajadora, “no es tan sencillo pero sí ocurre. Es tan interesante que un mismo cigarro te puede saber diferente según tu estado de ánimo”. 

Lawrence, que además ha trabajado en el desarrollo de productos dentro de la industria, lo explica así: “No es que consigues el sabor directamente. Cuando decimos que sabe a chocolate o a pimienta, es porque lo relacionamos con recuerdos. Ese ejercicio no se logra de un día para otro, es una relación y sensación que vas tratando de descubrir”. 

Isis Lawrence experta en puros

Recomendaciones de las expertas 

En su travesía por los sabores, las dos fumadoras se han hecho de sus puros favoritos y no dudan en recomendarlos. 

Por ejemplo, Fernández se decanta por un Hors D’Age, cuya tripa (la mezcla en el corazón del puro) incluye tabaco dominicano (¡por supuesto!), nicaragüense y colombiano, mientras que su capote y capa, las dos cubiertas encima, son del Ecuador. 

Las mujeres y los puros - Libia Fernández

“Puedes sentir cambios rotundos en cada tercio del cigarro. No es aburrido, no es lineal en sabor. Y aunque algunos lo cataloguen de cigarro fuerte, yo lo percibo como de intensidad media. Además viene en una vitola gran toro, que es bien grande”. En efecto, son seis pulgadas de longitud y un cepo (diámetro o calibre) de 54, lo que equivale a 54/64 pulgadas. 

Para quienes se inician en este mundo, recomienda las vitolas lanceros, por considerarlas cómodas. 

Mientras que Lawrence es más del tipo Vega Fina 1998, un cigarro con un proceso de añejamiento de tres años. Tiene una mezcla en su interior de tabaco criollo, colombiano y nicaragüense, pero su capote es de Indonesia. 

“No es un cigarro complejo; sin embargo, es perfecto en fortaleza, en sabor y en succión. Es una fumada perfecta”, juzga Lawrence.

Por cierto, cuando se trata de vitolas y fumar en alguna reunión o evento social, ella es partidaria del formato toro: “No es tan pequeño como un robusto o un corona, no es tan grande como un churchill. Puedes estar en un evento de dos horas, fumarlo al pasito conversando y acompañarlo con los tragos”. 

Una industria del tabaco más femenina 

Para Lawrence es importante que no se olvide que las mujeres juegan un gran papel en la elaboración del cigarro. 

Y la verdad es que los números solo le dan la razón. La fuerza laboral femenina representa el 60% de los puestos de trabajo en las zonas francas de tabaco, según estimaciones del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación.

Las mujeres y los puros - Isis Lawrence

“Es un trabajo finísimo, es artesanía total. Allí está la estética del cigarro, y allí está la mujer”, dice en referencia al trabajo decisivo de las roleras, las mujeres que se encargan de la colocación de la última capa, donde el detalle, tratándose de productos premium, no puede perderse de vista. 

Al mismo tiempo, festeja que cada vez asuman más roles de liderazgo, por ejemplo, en departamentos de finanzas, en la gerencia general de las fábricas y en operaciones: “Lo cual es bastante bueno, porque son las áreas que más determinan lo que es un buen cigarro”.

Consciente de toda esa riqueza en esfuerzo, cuidado y esmero, creó el año pasado la experiencia Behind The Smoke, donde reunió a aficionadas a los puros que, en su mayoría, no habían visitado plantaciones. El objetivo era que conocieran todo el proceso detrás de lo que disfrutan y el rol que juegan las mujeres. 

“Para mí el cigarro es cultura y hay que festejarlo, es lo que intento transmitir a los demás”.

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