Fotos: Fernando y Víctor

Durante años, su nombre ha sido sinónimo de apoyo a lo local, de mirada sensible a lo emergente, de amor por lo auténtico. Pero fue en medio del silencio más profundo (tras la pérdida de su esposo) cuando entendió que sus dones no eran negociables. Que el dolor también podía ser materia prima. Que, como ella misma dice, “desconectarte de tus dones no es una opción”.

En un acto de valentía que desafía los guiones predecibles, Deborah Karter hizo historia: Le dio a la República Dominicana algo que nunca había tenido —una semana de la moda con el nombre de su capital— y con ello, la posibilidad de soñar en grande.

La primera edición del Santo Domingo Fashion Week está prevista para Otoño de 2026.

Así nació el Santo Domingo Fashion Week, una plataforma que sitúa a la ciudad entre las grandes capitales del estilo, al lado de París, Milán y Nueva York. Un espacio donde la moda se convierte en territorio, y el diseño en narrativa nacional. Su primera edición está prevista para otoño de 2026, y promete ser mucho más que una pasarela: será un manifiesto cultural.

Su norte con ella es formalizar la industria, construir puentes entre el sector público y privado, y hacer de la moda dominicana una fuerza cultural y económica reconocida (con más fuerza) en el Caribe y América Latina. Deborah no busca simplemente producir desfiles; persigue hilar una nueva narrativa país, que reconozca el poder de lo “hecho en RD” como identidad y como marca.

Desde su nuevo rol, mira con admiración las estrategias de Colombia, México y Argentina, donde la moda es política pública, exportación cultural y motor económico. Ella quiere lo mismo para República Dominicana: un ecosistema vivo donde diseñadores, artesanos, marcas y manufactura convivan bajo un mismo telón, con proyección internacional y la más pura alma caribeña.

Pero más allá de la estrategia, hay una dimensión que atraviesa todo lo que hace: su espiritualidad. En medio del duelo, encontró refugio en la fe y en esa fuerza invisible que impulsa a los que no se rinden. Volver a crear fue su forma de sanar, de agradecer y de trascender.

Hoy, está “la estilista” está lista para el más poderoso de los regresos a escena. Y lo hace como solo lo hacen las grandes —con visión, con propósito y con la elegancia de quien sabe que la moda puede ser también un acto de redención.

Deborah no busca simplemente producir desfiles; persigue hilar una nueva narrativa país, que reconozca el poder de lo “hecho en RD” como identidad y como marca.

IG: @deborahkarter

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