Happening en Times.

entrevista: Natalia Nachón/ Fotos Liza: Ricardo Piantini

Hay arquitectos que diseñan espacios, y luego está ella, quien diseña experiencias. Con un enfoque visionario que desafía los límites de la arquitectura efímera y una capacidad innata para traducir la identidad de un país en una narrativa envolvente, su nombre resuena hoy con más fuerza que nunca en la escena internacional.

No es casualidad que, por segunda ocasión consecutiva, el stand de República Dominicana en FITUR haya sido reconocido como el mejor. Tampoco es coincidencia que su propuesta no solo haya redefinido la forma en que un pabellón puede contar una historia, sino que haya impuesto una tendencia. La inmersión total, la sincronización magistral entre diseño, tecnología y emociones, y la capacidad de capturar la esencia de un destino con una precisión quirúrgica, la han convertido en una de las arquitectas más influyentes del momento.

Con un portafolio que abarca desde proyectos de hospitalidad y retail hasta experiencias efímeras que quedan tatuadas en la memoria, ella está marcando un antes y un después en la forma en que concebimos los espacios temporales. Su trabajo en FITUR 2025 no es solo un reconocimiento a la excelencia; es una prueba irrefutable de que el futuro de la arquitectura no está en los edificios que perduran, sino en los momentos que dejan huella.

Hoy, hablamos con la arquitecta que está transformando el concepto de branding espacial, de arquitectura inmersiva y de diseño estratégico. La mente detrás de una de las propuestas más audaces y celebradas en la feria de turismo más importante del mundo.

Has logrado que el stand de República Dominicana en FITUR 2025 sea reconocido como el mejor stand por segunda ocasión. ¿Qué elementos consideras clave para lograr este nivel de impacto en una feria internacional tan competitiva?

El propósito de este stand es plasmar la visión clara del Ministerio de Turismo de promover el turismo de la República Dominicana en todas sus aristas.

El concepto fue generar una experiencia que conectara con los sentidos y emociones. Puntualmente, de manera visual, con las pantallas; de manera auditiva, no solo con los sonidos de las olas, cascadas y ballenas, sino también con nuestra música; que el olor a café dominicano se sintiera desde que te fueras acercando; que pudieras saborear desde chocolate caliente hasta un sancocho; y que, con el tacto, sintieras que podías tocar los elementos que salían de las pantallas o la suavidad de una piedra de larimar.

Era prioridad que el stand funcionara no solo como un recorrido, sino también con las áreas estratégicas de trabajo, así como el espacio para presentaciones, el área de artesanos y un bar para degustaciones, incentivando la conexión y fomentando lazos comerciales. Los videos proyectados creaban la sensación de tridimensionalidad con sonido ambiental que transportaba a los visitantes a los paisajes dominicanos, desde playas paradisíacas hasta montañas, cascadas y aventuras, sin olvidar el calor y la alegría de nuestra gente.

Por último, lo más importante fue el trabajo en equipo. Un proyecto de este nivel requiere del compromiso de cada uno de los involucrados, y esto fue la clave para que este sueño se convirtiera en realidad.

“La visión de los espacios inmersivos surgió de la necesidad de ir más allá de un stand tradicional y convertirlo en una experiencia que realmente transportara a los visitantes a la República Dominicana”.

Más allá del diseño, lograste imponer la tendencia de los espacios inmersivos en la feria. ¿Cómo surgió esta visión y qué impacto crees que ha tenido en la evolución de los stands en FITUR?

La visión de los espacios inmersivos surgió de la necesidad de ir más allá de un stand tradicional y convertirlo en una experiencia que realmente transportara a los visitantes a la República Dominicana. A pesar de ser un espacio de gran tamaño, con recursos tradicionales no es posible presentar todo lo que queremos mostrar. El recurso audiovisual era la solución ideal porque se convierte en un lienzo con infinitas posibilidades.

Llevamos cuatro años evolucionando y observando cómo el público conecta con este tipo de experiencia. Comenzamos con un túnel inmersivo, luego un cubo inmersivo, hasta llegar a un stand completamente envuelto en pantallas a nivel vertical. Finalmente, alcanzamos una inmersión total, donde las pantallas no solo rodean las paredes, sino que también cubren el techo y el piso, creando una experiencia envolvente de 360 grados.

Este enfoque no solo ha llamado la atención del público, sino también la de otros países, cuyos stands, al igual que el nuestro, han ido incorporando cada vez más tecnología para ofrecer experiencias más impactantes e innovadoras.

“Era prioridad que el stand funcionara no solo como un recorrido, sino también con las áreas estratégicas de trabajo, el espacio para presentaciones, el área de artesanos y un bar para degustaciones, incentivando la conexión y fomentando lazos comerciales.”

Háblanos un poco del mapping y cómo la tecnología en general ha jugado un papel integral en el diseño de este tipo de experiencias.

Más que mapping, el proyecto se desarrolló con pantallas LED. Estas pantallas, colocadas de manera estratégica a lo largo del stand, creaban un recorrido audiovisual que contaba historias: desde sol y playa, cascadas y montañas, deportes de aventura y golf, hasta la sonrisa de nuestra gente, nuestra bandera y la Ciudad Colonial.

Realizamos un guión donde se indicaba el contenido. Cada historia comenzaba con un video inmersivo en 3D. Esta tridimensionalidad se lograba con varios recursos, desde modelado y renderizado en 3D con movimiento de cámara, hasta ilusiones de perspectiva que generaban un efecto de profundidad, para que el espectador sintiera que, por ejemplo, la ballena estaba saliendo de la pantalla.

Esto lo logramos de la mano de Claudio Missiego, quien fue el responsable de todo el contenido audiovisual.

La arquitectura efímera ha tomado un papel protagónico en ferias y eventos internacionales, y tú has sido una de sus mayores exponentes en República Dominicana. ¿Cómo defines la arquitectura efímera y qué la diferencia de otras disciplinas del diseño?

La arquitectura efímera, como sugiere su nombre, es la arquitectura que dura un tiempo limitado. Si lo analizamos, es casi un oxímoron tener estas dos palabras en una misma frase: arquitectura se asocia con lo sólido y permanente, mientras que lo efímero es algo corto y pasajero.

Para mí, lo interesante de la arquitectura efímera es precisamente esto: la oportunidad de construir un proyecto de principio a fin y verlo materializado de manera rápida. Es un ejercicio de desapego porque, al final, solo quedan las fotos y videos, pero la obra en sí desaparece.

La arquitectura efímera representa un reto en términos de innovación y narrativa. ¿Cómo logras traducir la identidad de un país en un espacio temporal sin perder autenticidad y, al mismo tiempo, crear una experiencia memorable para los visitantes?

Todos los proyectos, efímeros o no, presentan un reto similar. Lo fundamental es tener una narrativa clara de lo que se quiere lograr, no solo a nivel de recorrido espacial, sino también en cuanto a la emoción que queremos generar en el usuario.

En este caso, el mayor reto fue lograr que el espacio conectara con las pantallas. Aunque este recurso es muy efectivo, también puede sentirse frío, lo que contrasta con el calor de nuestro Caribe. Se logró una integración armoniosa mediante la combinación de elementos como el contenido audiovisual, la música, la disposición arquitectónica y el efecto sorpresa que generaba el recorrido.

La sostenibilidad es un pilar en tu trabajo. ¿Cómo integras esta visión en la arquitectura efímera y en proyectos de mayor permanencia?

A pesar de que aún estamos lejos de donde deberíamos estar en términos de sostenibilidad, en todos los proyectos en los que incursiono, este es un eje fundamental.

En la arquitectura efímera, intentamos utilizar estructuras desmontables que, dependiendo del diseño, puedan reconfigurarse y reutilizarse. También apostamos por el uso de pantallas en lugar de impresiones, lo que reduce significativamente el desperdicio de material.

En proyectos más permanentes, implementamos la selección de materiales responsables, el uso de tecnología que reduzca la huella de carbono y sistemas eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Además, diseñamos con una visión a largo plazo, asegurándonos de que cada obra respete su entorno y genere una armonía entre lo construido, la naturaleza y las personas.

Has trabajado en proyectos comerciales, turísticos y efímeros. ¿En qué otras áreas te gustaría incursionar y qué tipo de espacios sueñas diseñar?

Cada proyecto que trabajamos es la materialización de un sueño, tanto mío como de nuestros clientes. Oficinas, restaurantes, hoteles, casas… cada uno me genera entusiasmo e ilusión.

Me encantan los espacios de exhibición y museos. Actualmente, estoy trabajando en dos proyectos de este tipo que me entusiasman, y espero seguir explorando esta tipología en el futuro.

“Los videos proyectados creaban la sensación de tridimensionalidad con sonido ambiental que transportaba a los visitantes a los paisajes dominicanos, sin olvidar el calor y la alegría de nuestra gente.”

Después de imponer una tendencia en FITUR y consolidar tu portafolio con proyectos emblemáticos en República Dominicana, ¿cuál es el próximo gran reto en tu carrera y en la evolución de Ortega Arquitectos?

Seguir evolucionando y aprendiendo. Continuar creando espacios que impacten de manera positiva a las personas.

La forma en que diseñamos influye profundamente en cómo vivimos, cómo nos relacionamos con los demás y cómo nos sentimos. A través del diseño, podemos mejorar la calidad de vida de las personas, y ese es mi compromiso.