El mundo es su molde y el barro su lenguaje. A través de él conecta, comunica su manera de ver lo que le rodea y lo que siente. Pero más que sensibilidad por su entorno, es un homenaje intencional a la alfarería, a esa poderosa herencia cultural que la define como artista y como dominicana. Sus 20 años de trayectoria, su “taller alfarero en constante evolución” y sus innumerables creaciones, que contemplan desde vajillas hasta lámparas y esculturas a la medida, se han convertido en un legado que enaltece un material nuestro en los más exclusivos escenarios del lujo. Dochy Santos, esposa, madre, santiaguera y reconocida creativa, alfarera y ceramista, no es de las que esculpe con las manos, sino con el alma y con el corazón. Y hoy, con la llegada de su hija María Alejandra a la firma, está más que lista para iniciar un nuevo capítulo de valorización y evolución para los amantes y verdaderos coleccionistas de cerámica.

¿De dónde surge tu pasión por la escultura, la artesanía y el arte en general?

Mi pasión por el arte no es algo que surgió, sino que siempre ha estado en mí. Es una parte esencial de quien soy, que ha crecido y se ha transformado a lo largo del tiempo. Esta pasión ha sido alimentada por una profunda curiosidad y un deseo constante de crear, explorando y expresando mi visión a través del arte.

Te inicias con el diseño de joyas y la técnica de vitrofusión, ¿cómo, cuándo y por qué escala esto al barro?

Hace casi 20 años, comencé a explorar la fusión de materiales para crear piezas únicas. Mi interés en innovar me llevó a elegir el barro, que me ofreció una nueva dimensión para materializar mis ideas. Este cambio me permitió desarrollar piezas que combinan lo tangible con lo emocional. Más tarde, junto a mi hija, llevamos este arte a un nivel de funcionalidad y diseño, creando piezas utilitarias que reflejan nuestra visión creativa.

¿Qué particularidades tiene este material nuestro que solo se conoce cuando se trabaja con él?

El barro es un material noble y generoso. Te enseña a ser paciente, te invita a escuchar y a respetar el proceso. Cada vez que lo toco, siento que me conecto con algo ancestral.

¿Qué es lo más valioso que te ha enseñado?

El valor del silencio. Escucharlo me permite encontrar respuestas, tanto en el proceso creativo como en mi interior.

¿Cómo empiezas a darle este giro de elegancia a un material “criollo” común?

El material en sí siempre ha sido el mismo, pero es a través del respeto y la apreciación de su nobleza que se transforma. La elegancia del barro proviene de nuestra conexión con él y de cómo lo tratamos durante el proceso creativo, más allá del resultado final.

¿Qué otros materiales has explorado?

A lo largo de mi trayectoria, he explorado diversas técnicas y materiales que me han permitido expandir mi visión artística. Siempre estoy abierta a experimentar con nuevos elementos que complementen el trabajo en barro y que aporten algo único a cada pieza, manteniendo la coherencia con mi estilo y filosofía creativa. La curiosidad por descubrir nuevas formas de expresión es lo que impulsa mi constante evolución como artista.

¿Cuándo surge la colección de vajillas y las colaboraciones con restaurantes?

La colección de vajillas nació de mi deseo de combinar funcionalidad con arte. Las colaboraciones con restaurantes surgieron cuando identificamos una oportunidad para crear piezas que reflejaran la identidad de estos espacios, elevando la presentación de los platos a una expresión artística.

¿Con qué propósito abre sus puertas el Taller Alfarero? ¿Por qué Santiago?

El Taller Alfarero abrió con la misión de ser un espacio de creación y aprendizaje, enfocado en revalorizar la alfarería. Siendo de Santiago y viviendo aquí, esta ciudad es parte de mi identidad y del taller. Santiago, en el corazón del Cibao, es una región con una rica tradición artesanal que nutre nuestro trabajo. Aquí buscamos elevar este arte mediante un enfoque respetuoso y honesto, conectando la herencia cultural con nuevas formas de expresión.

¿Por qué “en constante evolución”?

Cada proyecto que tomamos de un cliente nos desafía a explorar nuevas formas de trabajar con el barro. Esto no solo nos permite conocer mejor nuestro material y los procesos, sino que también fortalece nuestro equipo y la dinámica de trabajo. Es un ciclo de reinvención continuo.

Tienes una base marcada en la educación/formación, ¿cómo responde tu taller a este propósito?

Nuestro taller está profundamente comprometido con la transmisión de conocimientos, pues considero que la enseñanza es clave para la evolución de la alfarería dominicana. Tengo el privilegio de servir como facilitador externo para Chavón, manteniendo un programa para los estudiantes de diseño de interiores y productos. Esta colaboración nos permite contribuir al desarrollo de nuevos talentos, integrando el arte del barro en sus proyectos y visiones.

¿Cómo es el proceso de extracción de la materia prima y qué tanto te involucras en esos procesos?

Para obtener una arcilla que cumpla con nuestros estándares de calidad, recorro junto a mi equipo diferentes regiones de la isla en busca del material perfecto. Este proceso nos ha llevado tiempo y dedicación, ya que hemos formulado nuestras propias mezclas de arcilla para garantizar la mejor calidad en nuestras piezas. Estoy involucrada desde el primer momento, supervisando cada etapa para asegurarme de que cada lote de arcilla sea perfecto. La exploración del territorio dominicano y la conexión con la tierra son fundamentales en nuestro proceso creativo.

¿Cuál es el aporte y el alcance de las colaboraciones con Thimo Pimentel, Enrique Royo, Radhamés Carela y otros grandes maestros?

Estos maestros han sido pilares fundamentales en la creación y crecimiento de nuestro taller. Su experiencia y disciplina han sido un apoyo constante, guiándonos y enriqueciendo nuestro trabajo con sus amplios conocimientos. Nos han ayudado a convertir nuestro espacio en un referente en la nueva etapa de la alfarería dominicana. Cada día me siento más comprometida a honrar su legado y a aplicar lo que he aprendido de ellos en nuestras creaciones.

¿Cuál consideras que es el objeto insignia de Dochy Santos?

Cada pieza tiene su valor y propósito, pero las vajillas personalizadas se han convertido en un emblema de nuestra marca. Reflejan nuestra esencia: combinar funcionalidad, arte y tradición en algo que acompaña momentos cotidianos y especiales.

¿Cuáles han sido los proyectos más interesantes e importantes en los que han participado?

Cada proyecto tiene su historia y nos deja enseñanzas. Desde trabajos pequeños y personalizados, hasta encargos grandes y desafiantes, todos son importantes para nosotros. Destaco la oportunidad de colaborar con el Banco Popular y representar nuestra artesanía en FITUR, una vitrina del turismo internacional donde hemos podido llevar el nombre de la alfarería dominicana al mundo. Nos emociona saber que volveremos a participar en la edición 2025.

¿En qué momento te abres al arte personalizado, esas esculturas hechas a la medida, y cómo impregnas tu sello en este tipo de creaciones?

El arte personalizado surgió de una necesidad natural de expresarme como artista. Lo que empezó como una forma de exteriorizar mis ideas, se convirtió en una oportunidad para ayudar a otros a plasmar las suyas. Siempre me aseguro de que, aunque la visión sea compartida, cada pieza lleve mi esencia y cuidado.

El sector hogar es otro que han desarrollado de manera extraordinaria, con el diseño de lámparas, maceteros y ornamentos que son statement pieces de cualquier escenario. Con la llegada de tu hija María Alejandra a la firma, ¿cómo se visualiza este universo creativo hacia el diseño de muebles, interiores y arquitectura en general?

María Alejandra ha traído una visión fresca y precisa al taller. Su formación como diseñadora, y ahora su especialización en diseño de muebles y productos en el Istituto Marangoni, ha elevado nuestro trabajo a otro nivel. Su atención al deta- lle y su búsqueda incansable de perfección estética, nos ha permitido explorar nuevos horizontes, como el diseño de muebles y otros objetos decorativos, siempre respetando la esencia de nuestra alfarería.

Con casi 20 años de trayectoria, te has posicionado como la cara del arte de barro de lujo y una embajadora de lo nuestro hacia el mundo. ¿Qué tanto de esto ha sido intencional y qué tanto “suerte” y cómo quieres ser recordada?

Mi trayectoria ha sido el resultado de una combinación de intención y pasión. Desde el principio, mi objetivo ha sido compartir mi amor por el arte del barro a través de mi trabajo, aunque no anticipé el nivel de reconocimiento que esto traería. Mi enfoque ha sido siempre genuino y constante, impulsado por el deseo de elevar la alfarería dominicana. Espero ser recordada como alguien que, a través de su dedicación y pasión, no solo contribuyó al prestigio de nuestra tradición, sino que también inspiró a las futuras generaciones a seguir este arte con el mismo entusiasmo.

¿Cómo visualizas y comunicas tu dominicanidad a través de tu trabajo?

La dominicanidad está presente en cada pieza que creamos. Aunque buscamos una alfarería de clase mundial, nuestras creaciones llevan la alegría, la calidez y la espontaneidad que caracterizan a nuestro país. Nuestras raíces están en el barro que usamos, en los colores y texturas, y en el orgullo que sentimos de ser dominicanos.

¿En qué lugares, dentro y fuera del país, podemos encontrar tus creaciones y en cuáles sueñas con estar?

Nuestras piezas están presentes en diversos entornos de la industria de la hospitalidad, como restaurantes y hoteles, tanto localmente como a nivel internacional. También han sido utilizadas por diseñadores reconocidos y han aparecido en revistas de prestigio internacional. Además, hemos tenido el honor de exponer en ferias globales, como FITUR. Mi sueño es llevar nuestra alfarería a un nivel de reconocimiento internacional, viéndola en galerías de arte y tiendas de diseño exclusivas alrededor del mundo, donde pueda seguir transmitiendo la esencia única de la alfarería dominicana.

¿Quién era Dochy antes de todo esto y quién es ahora?

Antes de todo esto, era una mujer dedicada a mi familia, a ser madre, esposa, hija y hermana. Hoy sigo siendo esa mujer, pero con la satisfacción de haber encontrado en el barro un medio para expre- sarme y conectar con otros. Mi identidad se ha enriquecido a través de este arte que amo profundamente.

¿Qué es inspiración para ti?

Es la capacidad de ver, sentir y vivir los colores, texturas y emociones que nos rodean, y luego transformarlos en algo tangible y duradero. Es el proceso de convertir lo efímero en eterno a través del arte, capturando y expresando lo que nos conmueve y nos motiva.

¿Cuál es ese legado que anhelas ver a María Alejandra continuar?

Mi mayor deseo es que María Alejandra, con su excepcional talento como diseñadora, lleve el trabajo alfarero a niveles aún más altos. Quiero que integre su visión creativa y su enfoque impecable al diseño, fusionando de manera innovadora el arte y la tradición. Espero que continúe elevando nuestra alfarería con su habilidad única, y que inspire a otros con su pasión y compromiso, llevando nuestro legado a un reconocimiento mayor.

¿Cuál sería el siguiente capítulo para ti y para Dochy Santos la marca?

El siguiente capítulo para Dochy Santos es una emocionante expansión de nuestra visión. Imagina un espacio vibrante donde el arte, la enseñanza y la creación converjan, un lugar que no solo refleje nuestra pasión por la alfarería, sino que también abra nuevas puertas en el mundo del diseño. Mi sueño es materializar un entorno donde podamos seguir innovando y transmitiendo nuestro amor por este oficio, inspirando a otros a descubrir y abrazar la belleza de la creación. Este nuevo capítulo está lleno de posibilidades y de un compro- miso inquebrantable con la excelencia y la evolución constante.