Masiel Gunn y Félix Faura son compañeros de vida y pareja de artistas plásticos. Masiel es de La Romana, República Dominicana, y se especializa en trato humano. Félix es de Málaga, España, y debido a su trabajo anterior como fotógrafo internacional, se convirtió en experto en luz, color y composición. Desde el año 2022, esta pareja de artistas pinta la vida juntos, basándose en importantes pilares que sustentan su travesía: el amor, el respeto, la tolerancia y la igualdad. Todo muy presente en su obra, de la cual son coautores, una particularidad que los distingue. Conversamos con Masiel y Félix sobre su serie The Thousand Project, compuesta por 1000 obras, y La conciencia del poder, con la que invitan al espectador a hacer un importante (y necesario) examen de conciencia.

Cuéntennos un poco de su trayectoria en el arte.

Félix: Ambos hemos sido amantes del arte contemporáneo desde antes de conocernos. Iniciamos nuestro camino en el arte expresionista abstracto juntos, como compañeros de vida, en el año 2022. Pasó de ser una actividad de pareja en los inicios a uno de nuestros oficios en la actualidad. Tras varias exposiciones y una importante difusión en los medios de comunicación, estamos preparando dos exposiciones que van a significar un salto cualitativo para nosotros como artistas a nivel nacional: la primera será en Casa de Teatro en noviembre de 2024 y la segunda tendrá lugar en la Galería Nacional de Bellas Artes en los primeros meses de 2025. Ambos lugares son para nosotros el Templo y el Olimpo del Arte en República Dominicana, respectivamente, y tenemos una gran ilusión por ver colgadas nuestras obras en sus paredes.

¿Cómo se cruzan sus caminos profesionales y qué los motiva a unirse en obras y series?

Masiel: Más que cruzarse, nuestros caminos profesionales en el arte iniciaron juntos. Félix ya se había dedicado a la fotografía y había realizado importantes trabajos en más de 25 países. Yo siempre he sido amante del arte contemporáneo. Juntos hemos encontrado una forma de conexión y de expresión a través de la pintura. Félix refleja su obsesión por la composición (que trae de la fotografía) en su manera de pintar a través de líneas y puntos y en la estructura de la obra. Yo plasmo mi interior de una forma más emocional y humana, lo cual proviene de mi rama de trabajo y estudios y de mi pasión por la gestión humana.

Hablemos de The Thousand Project.

F: Nuestro primer trabajo artístico es una serie denominada The Thousand Project, con la que estamos pintando 1000 obras de expresionismo abstracto en un período que estimamos durará cinco, seis o siete años, aproximadamente. Más que una serie artística, es un camino de vida, y cada lienzo representa un trozo de nuestra historia y refleja nuestro día a día como pareja. En cada cuadro de la serie están las emociones y sensaciones de unos días concretos. Es decir, estamos dejando un legado y contando nuestra historia a través del expresionismo abstracto. Somos dos mentes totalmente diferentes con dos personalidades opuestas pintando sobre un mismo lienzo y creando obras con coautoría.

¿Por qué decidieron que el proyecto incluiría 1000 obras?

M: Era un número bonito y simbolizaba un reto difícil. Lo que hacemos como pareja de artistas plásticos es algo realmente difícil de encontrar, pues es muy raro ver coautores en pintura. La parte más compleja es decidir cuándo está terminada la obra. Quisimos establecer un límite que definiera este proyecto y 1000 nos pareció un buen número. Cada obra está enumerada de forma aleatoria con un número del 1 al 1000, aunque en algunos casos lo asignamos nosotros. Por ejemplo, hace poco hicimos el Thousand 0100 en gran formato para Cap Cana como una edición especial. Otro caso fue el Thousand 0600, con el que hemos querido representar los 600 meses (50 años) de Casa de Teatro.

¿Cuál es el fin con The Thousand Project?

M: Huella, legado, e historia. Los artistas necesitan vender sus obras para poder vivir del arte, pero el fin y el objeto de un artista es que su obra tenga voz, que su forma de expresión, su mensaje y su significado llegue a la mayor cantidad de personas posible. Y si, además, esto perdura en el tiempo y estamos aportando algo al mundo, habremos dejado una huella, un legado. Pensar que 1000 personas diferentes pueden tener un Thousand, que es un pedacito de nuestra historia, es lo que nos hace seguir creando día tras día. Ya hay personalidades públicas y coleccionistas que tienen un Thousand, y estamos muy felices porque nuestro proyecto cada vez suena más fuerte y más lejos. Parte de nuestro trabajo, además de pintar, es darle voz a nuestra obra.

La conciencia del poder es otra de sus series. ¿Qué mensaje buscan transmitir en este caso?

M: Esta serie todavía está en producción, aunque se terminará en dos o tres meses. Se trata de ocho obras hermanas de gran for- mato (200 x 250 cm / 80 x 96 pulgadas), todas del mismo tamaño y con la misma línea esté- tica. Representan a la conciencia humana y el impacto que tiene ésta sobre el uso que hace- mos de nuestro poder. Al final, todos tenemos poder (algunos más que otros) y debemos rendir cuentas sobre el uso que hacemos del mismo a nuestra conciencia. Estas ocho obras simbolizan a esa conciencia y están pensadas para que quienes las observen, se sientan también observados por la obra. Una vez finalizada la serie, la idea es que las obras sean expuestas juntas en forma circular, de manera que todas miren hacia el interior. Es una obra que invita a hacer un importante examen de conciencia.

¿Cómo logran una coautoría exitosa?

M: Poniendo límites. Cuando iniciamos a pin- tar juntos, establecimos unas reglas que nos permitieran crear nuestras obras sin conflictos y sintiéndonos cómodos. Esto se resume en que cada uno de nosotros puede pintar cuando quiera, lo que quiera y donde quiera en el lienzo, sin que ninguno de los dos tenga más derechos que el otro sobre la obra. Respetamos los tiempos y la pintura del otro y podemos pintar en un espacio en blanco o encima de lo que el otro haya pintado, una y otra vez. Por último, la parte más difícil (en el arte abstracto) es dar por finalizada la obra. Así que decidimos que ambos teníamos la potestad de dar por finalizada una obra. Si yo doy una obra por terminada, esa obra no se puede volver a tocar, y Félix lo respeta, aunque él crea que le falte algo. Y viceversa. Eso hace que ambos pintemos en todas las obras y que nos pertenezcan a ambos. Ese proceso es lo que permite la coautoría de nuestras obras, que es nuestra mayor singularidad.

Han dicho que están pintando la vida jun- tos, ¿cuáles son los pilares que sustentan esta travesía?

M: El amor (porque por eso iniciamos a pintar juntos), el respeto, la tolerancia y la igualdad. En cierto sentido, todo esto está muy relacionado con el feminismo, en cuanto a que proyectamos los valores que esta corriente defiende: el trato igualitario entre ambos sexos. A través de nuestra obra y de nuestra forma de trabajar el arte, creemos que podemos aportar mucho a educar en igualdad.

Contacto:
T.: 849 506.4836/ 809 837.8528
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