En un mismo escenario interactúas con monitos araña en una jungla real en medio de una de las áreas verdes más lindas entre Sosúa y Cabarete. También puedes deslizarte en uno de los zipline con más acción del país.

Este es un destino que superó mis expectativas por mucho, pues reúne todo lo que me encanta: áreas verdes, hermosas vistas, turismo de aventura y respeto por los animales. Está ubicado en Puerto Plata, y es una de las tantas razones que me permiten afirmar que esta es una de las provincias más diversas y con características de multidestino. Y es que vas de la playa a la montaña en poco tiempo; de un turismo de lujo al turismo comunitario, entre otros.

Monkey Jungle ocupa 280 hectáreas de tierra de cultivos, a nueve kilómetros de la carretera que lleva al Parque Nacional El Choco. Este proyecto fue concebido hace años por una pareja extranjera muy altruista, que ayudó mucho a la comunidad y hacía una labor importante en materia de rescate y cuidado de los animales en la zona. Ambos, lamentablemente, murieron en un accidente aéreo en 2017 llevando ayuda humanitaria a Haití. Sus familiares han continuado con el legado.

Experiencia con los monitos araña en la jungla

Debo admitir que antes de ir solo tenía escasas referencias de este lugar. Siempre estaré muy agradecida de Saskia, la propietaria de Casa Veintiuno, en Sosúa, quien es vecina de mi amiga Madelaine Morel, y nos insistió para que fuéramos. Ella aseguraba que nos iba a encantar. ¡Y así fue!

Pasar el portón que da entrada al hábitat natural de los primates es como un Twilight Zone. Inmediatamente te transportas a una selva y te sientes protagonista de algún documental de Discovery Channel.

Los monitos araña, traídos de Costa Rica, brincan de un hombro a otro o encima de tu cabeza, comen de tu mano y sientes que te tratan con cariño y se creen tus amigos. Parecen felices y están muy bien cuidados. Me fascinó ver a familias completas saltar y jugar entre árboles y ramas. Se pasa un rato muy divertido y es increíble la energía que transmiten. Hay algunos en jaulas grandes, del tamaño de un estudio de dos pisos, ya sea porque están siendo tratados de alguna enfermedad o porque son muy ancianos.

Los guías son chicos de la localidad capacitados por Monkey Jungle, que les ha dado la oportunidad de tener una vida productiva y ser parte del turismo sostenible y comunitario.

Un dato de mucho interés es que todas las ganancias de los tours están destinadas a financiar una clínica médica y dental que se encuentra en la granja, a ofrecer oportunidades de trabajo a jóvenes de la comunidad y a su centro de recuperación de monos capuchinos rescatados. También hay un programa para voluntarios.

Zipline en Monkey Jungle

Había oído hablar de esta atracción, ¡pero no imaginé que la disfrutaría tanto! Este zipline se ha convertido en mi favorito de los que he experimentado hasta el momento. Cuenta con certificación ACCT y es de 4,500 pies.

La experiencia inicia con una charla técnica para que entiendas muy bien todo el funcionamiento y realices la actividad de la forma más segura. Luego, toca una buena caminata por un sendero, a veces cuesta arriba, el cual disfruté mucho por dos razones. La primera, por el paisaje. La segunda, porque sentí que estaba haciendo el ejercicio del día y ganándome el pescadito frito con tostones que me comería más tarde en la playa de Sosúa. 

En todo momento me sentí muy segura, tanto de los equipos como del personal que te acompaña. Pasas por siete estaciones que ofrecen hermosas vistas de la exuberante vegetación del Parque Nacional El Choco. Hay dos puentes suspendidos para poner más acción a la aventura.

Ahora bien, ¡nada se compara con el final! Es la cherry on top del recorrido. Se trata de la experiencia Cave Descender, y es la única forma de descender para culminar la jornada. Mentira, hay otra, pero es más aburrida. ¡Esta hay que vivirla! Hay algunos que frenan en seco, pero te animo a que lo intentes porque es muy emocionante: una caída de 18 metros controlada por cables mediante un dispositivo muy seguro dentro de una cueva taína con petroglifos reales. Son solo unos segundos. De hecho, yo me quedé con el deseo de hacerlo otra vez, pero hubiese tenido que hacer todo el trayecto del zipline, que dura un poco más de una hora.

Al final, como terminas en un terreno fuera del complejo, te esperan con un autobús con una música alegre que contagia y es imposible no ponerse a bailar. Así lo hicimos mi amiga y yo, celebrando un día lleno de emociones en medio de naturaleza pura. Monkey Jungle, recomendado 100 %.

LO QUE DEBES SABER

El zipline está disponible a partir de los tres años de edad. Los guías que te acompañan son muy experimentados.
· Costo del zipline para niños: RD$2,000.00. Para adultos: RD$3,000.00

El costo de la visita a la jungla para niños es de RD$1,250.00. Para adultos: RD$1,500.00
· Si haces ambas experiencias, la visita a la jungla y el zipline, el precio para niños es de RD$3,000.00. Para adultos: RD$3,750.00
. Los grupos, a partir de 12 personas, tienen un descuento de RD$250.00 por persona, ya sea por actividad o para ambas experiencias.
· Solo aceptan efectivo.

Contacto
· Está abierto todos los días, de 9:00 a.m. a 4:00 p.m.
· Tel.:  829 554.2425 (se recomienda reservar)
· Instagram @monkeyjunglesosua

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