El reconocido actor y presentador Joseguillermo Cortines, perteneciente al colectivo Las Perras del Asfalto, nos cuenta esta aventura de 1950.33 kms bordeando nuestra isla.

La Perra Vuelta es la consentida del colectivo motero Las Perras del Asfalto. No es una actividad cualquiera; se trata de un recorrido de 1950.33 kms bordeando nuestra isla. En cada parada, la hermandad al fragor de la carretera y la conciencia nuestro entorno natural son las protagonistas.

A la comunidad pertenecen Carlos López, Abraham Peguero, Hernán Vásquez, José Noreña, Félix Mejía, Alfredo Luthje, Federico Osores, Osián Abreu, Víctor Gómez -como miembro honorario-, Héctor Aníbal y Joseguillermo Cortines. Con este último -esta vez en una faceta distinta a su trabajo actoral y como presentador de TV, pero una de sus más queridas- conversamos sobre lo que representó este nuevo recorrido de La Perra Vuelta.

Las “Perras del Asfalto” volvió a la carga para darle la vuelta al país en siete días. Cuéntame de esta nueva aventura.

La vuelta al país es algo ya reconocido y es un recurso anual que los grupos de motociclistas esperan para participar y darse la oportunidad de una experiencia única. Sin embargo en nuestro grupo tenemos nuestras propia visión de cómo hacer nuestros viajes y creamos una vuelta al país diferente, en esteroides, donde a parte de cumplir la meta común que es circular por todo el borde de la isla, también trazamos una ruta que incluyera detenerse en puntos de interés donde pudiéramos conocer más de nuestro país y disfrutar durante nuestro trayecto. La Perra Vuelta fue fruto de mucho tiempo de planeación. No podemos estar más satisfechos de lo que hemos logrado.

¿Cómo surgió la idea de La Perra Vuelta y cuál era el objetivo?

El objetivo siempre es el mismo. Ir por nuestra isla recorriendo caminos para abarcar lo más posible nuestro mapa. Aparte de eso “La Perra Vuelta”, de manera singular, hizo paradas en puntos importantes que todos queríamos conocer.

La Perra Vuelta
Foto: Héctor Aníbal

Háblame de cómo era, por ejemplo, un día de ruta. ¿Qué hacían? ¿Cuál era el plan o el objetivo en cada punto?

Cada día nos levantábamos bien temprano para poder aprovechar todo el tiempo disponible antes de llegar a nuestra meta. Teníamos un orden muy bien estructurado y tratábamos de cumplir con los destinos y los tiempo, evitando retrasos, para así poder llegar al punto final del día y también compartir y disfrutar en ese lugar. De todas formas, el que todo salga de acuerdo al programa no es siempre posible, porque de vez en cuando surgen imprevistos, pero eso también nos lo gozamos! Dentro de los fines de la vuelta está el apoyo a los negocios locales (hoteles, restaurantes, fondas y colmados) que nos permiten tanto conocer la gastronomía interna como apoyar el turismo interno incentivando a nuestros seguidores a conocer más de nuestro país.

Sabemos que han hecho este tipo de viaje, aunque en versión más reducida, en otras ocasiones. ¿Qué descubrieron en esta ocasión? ¿Qué lo hizo diferente?

Trazar una ruta continua por toda nuestra isla trae consigo vivir la experiencia de los cambios de ambiente. Eso es algo que creo que solo yendo en moto, como lo hicimos, se percibe con tanta claridad. En nuestro mismo país vamos de un clima de bosque seco tropical—casi desértico, muy caluroso—a uno de bosque húmedo, de clima muy agradable y fresco, y terminamos en una playa tropical. Todo esto el mismo día! Tener la oportunidad de ver cómo cambia la flora, los olores de la naturaleza, los cambios de temperatura, y los colores del paisaje, es algo que no tiene precio. Además de esto, nos dimos la oportunidad de disfrutar la camaradería y el compañerismo que se experimenta siempre en el grupo pero ahora por más tiempo. Una forma más de afianzar nuestra amistad.

Foto: Héctor Aníbal

¿Cuántas provincias visitaron y cuál fue el método de selección?

Pues la verdad queríamos lograr abarcar con la mayor exactitud la línea costera y fronteriza de nuestra isla. Queríamos poder dibujar el trayecto en el mapa siendo lo más fieles posible a las líneas que todos reconocemos. Eso, obviamente, dentro de las posibilidades que nos permiten las vías de acceso y la comodidad que teníamos de lograr hacerlo en el tiempo estipulado. Hicimos paradas al final del día, todos los días, en lugares diferentes: iniciando en Pedernales, y sucesivamente San Juan de la Maguana, Montecristi, Puerto Plata, Samaná, Miches, La Romana y de regreso a Santo Domingo. En esos puntos pernoctamos, sin embargo para llegar de un lugar a otro tuvimos que cruzar por 23 provincias de las 31 que posee el país, abarcando las tres cuartas partes del total de provincias dominicanas.

De los lugares que visitaron, ¿Qué tesoros encontraste que valga la pena difundir?

Dentro de los destinos a los que nos llevaba La Perra Vuelta se encontraba el Santuario de Mamíferos Marinos en Estero Hondo, Playa Buen Hombre, Punta Rusia, el Puerto de Manzanillo, Puerto de Luperón, Monumento al grito de Capotillo, Villa Isabela, el Hoyo de Pelempito, Cabo Rojo, Las Galeras, Polo, entre otros puntos de interés que tuvimos la oportunidad de visitar y conocer. Todos puntos que entiendo son destinos increíbles dentro de nuestra geografía.

Foto: Héctor Aníbal

Háblame de la dinámica del equipo. ¿Qué une a quiénes lo conforman?

Creo que es común el interés de disfrutar sanamente de un hobby que nos permite, de forma saludable, recorrer caminos desconocidos siempre explorando y valorando lo que nos hace únicos: la humildad y la generosidad de las personas que siempre se encuentra en todos los pueblos del país. Como dije anteriormente, “Las Perras del Asfalto” somos un grupo que como interés general desea fomentar el turismo interno y apoyar esos negocios que hacen el esfuerzo por aportar a sus comunidades. De esa manera no solamente vamos por ahí de paso sino que nos damos la magnífica oportunidad de conocer la gente, probar nuevos platos, y disfrutar de lugares donde nunca antes hemos estado.

Alguna anécdota jocosa o retadora que quieras compartir

Bueno… Una experiencia retadora, sin lugar a dudas, fue cruzar la Sierra de Bahoruco. Es un lugar con bellezas indescriptibles, sin embargo, es también un terreno difícil de transitar. Allí tuve un pequeño percance con mi moto, y terminamos teniendo que subirla al vehículo de apoyo. Aún siendo una experiencia no muy placentera, pude ver como todos se unían para resolver el problema, y como nos ayudamos y nos organizamos como grupo para vencer el obstáculo. Algo que me da mucha tranquilidad y seguridad es saber que puedo siempre contar con mi grupo en cualquier momento.

Foto: Héctor Aníbal

¿Qué caracteriza al grupo? Qué los mueve?

Bueno… Si no te digo que nos hacemos muchas bromas y que nos pasamos todo el tiempo haciéndonos auto-bullying estaría mintiéndote. Nos unen las ganas de disfrutar de nuestra amistad yendo juntos a los lugares donde nos lleven las motos. No importa la lluvia, el lodo, los caminos malos. Allá vamos como equipo, creando recuerdos y anécdotas con cada kilómetro recorrido.

Luego de (casi) darle la vuelta a la isla en siete días, ¿Qué viene?

Seguiremos haciendo viajes programados a lugares que aún no hemos visitado. Muy probablemente nos concentremos en cada viaje en una provincial o zona, para conocerla en detalle. Sin embargo creo que también abrimos la posibilidad de viajar y conocer otros lugares en moto. Es algo que con el tiempo vendrá.

La Perra Vuelta
Foto: Héctor Anibal

¿Qué dirías que es lo más bonito de lo que viste?

Una de las vistas más impresionante que pude ver en este trayecto fue la de la carretera internacional. Estar en ese punto limítrofe desde donde puedes ver la cordillera y el río que la atraviesa es uno de los paisajes más increíbles que pude ver en el trayecto. Así mismo hay un trecho en Polo, Barahona, donde se camina por un túnel de árboles, algo demasiado bonito, los atardeceres en la costa, y nuestras playas de arena blanca y aguas cristalinas. Hubo mucho que ver. Creo que la Invitación a conocer nuestra isla en su totalidad debe ir por obligación.

Ahora que has visto tanto de RD, ¿Cómo defines nuestro #paraíso809?

Estoy seguro que vivo en un paraíso, uno de los lugares más bonitos del mundo. Con una inmensidad y diversidad de lugares unidos por un factor común: el calor su gente.