Natalia Boccalon: diario de una fotógrafa en confinamiento

Buscando qué hacer durante la cuarentena, la talentosa fotógrafa venezolana se encontró a sí misma.

Fotografías: Natalia Boccalon

Siempre hemos sido admiradores del trabajo de Natalia Boccalon. La joven fotógrafa venezolana, quien ya lleva años residiendo en Santo Domingo, nos conquistó con su sensibilidad, atención a los detalles, manejo de la luz natural y delicada estética. Sus fotografías de lifestyle, moda y sus retratos han llenado de belleza las revistas más prestigiosas del país y algunas de las cuentas de Instagram más bellas y mejor curadas en la “influentósfera” local.

Como a casi todos nosotros, especialmente a los profesionales independientes, el repentino estado de emergencia y confinamiento le puso en hold sus planes y le saboteó la agenda, pero también la puso en modo introspección creativa, sacando a la luz a una Natalia Boccalon -la mujer y la artista- más auténtica que nunca.

• Si pudieras describir cómo te sientes ahora mismo en 3 palabras, ¿cuáles serían?

Emocionada (por lo nuevo), creativa y dispuesta.

• Todos hemos vivido estos meses de manera distinta en unos sentidos, y quizá muy parecida en otros. ¿Cómo ha sido para ti esta experiencia?

Las primeras semanas puedo catalogarlas como uno de los períodos de incertidumbre y ansiedad más grandes que he vivido. Todo lo que conocía estaba cambiando, la estabilidad que me había esforzado tanto por construir estaba amenazada. Por momentos sentí mucho miedo, pero también sentí que las estructuras se estaban desplomado de tal manera, que ya no había nada más que perder, porque el mundo mismo había perdido su forma. Entonces me di cuenta que este escenario es el escenario de lo posible y, en una situación así de extrema, sin referentes y sin guías, el que esté dispuesto a crear se vuelve referente y guía.

• ¿Qué hiciste con el tiempo libre que de repente tuviste en tus manos las primeras semanas?

Siempre sentí que el tiempo pasaba volando, a veces perdía el conteo de los días, entonces empecé a llevar un diario donde escribía de manera muy libre un resumen de cada jornada. Esto me ayudó a mantener una estructura, a recordar mejor cada momento, pensamiento y suceso. Por semanas me invadieron toda clase de planteamientos que usualmente se veían aplastados por la rutina del día a día del mundo pre-covid. En esas primeras semanas me permití pensar y analizar sobre mi presente y qué quiero para mi futuro. Creo que fue un buen período para poner la mente en orden.

• ¿Cómo ha sido en lo profesional, como emprendedora y como artista?

La mayoría de freelancers y profesionales del área de servicios y trabajos creativos estamos de acuerdo en que es un momento raro y de mucha incertidumbre. Para muchos, el mercado se acabó, sin embargo, en lo personal, puedo decir que he abierto los ojos, la pandemia me ha abierto una ventana a través de la cual puedo evaluar un paisaje diferente y un cambio en mi persona, que se refleja en mi trabajo y en mi carrera. No creo que este proceso haya sido una reinvención; siento que he ganado terreno y espacio para ser más genuina y auténtica que nunca.

• En tu Instagram se puede ver un poco de los estados creativos por los que has pasado… Cuéntanos un poco.

Estaba acostumbrada a tener la agenda totalmente comprometida de 15-20 días en adelante. Esto era un indicativo de “éxito”, la demanda, la falta de tiempo para uno mismo, andar apurado 24/7, ese constante ajetreo es algo a lo que todos aspirábamos. En marzo esta realidad se puso en una larga pausa. Recuerdo un día en el que decidí apagar uno de los discos duros principales que uso para trabajar, ya que no lo había usado en varias semanas. Me partió el corazón pensar la posibilidad de no volver a trabajar en un largo tiempo, este sentimiento me sacudió por completo. Para evitar la desesperación, decidí tomar acción, y pensé lo que siempre pienso cuando fotografío a alguien: todo puede ser interesante, todo tiene una voz, una experiencia, un discurso o al menos un valor estético. Al no tener sujetos, decidí fotografiar mis plantas, luego hice composiciones abstractas que reflejan varias caras del estado de ánimo colectivo que pude percibir, luego empecé con un pequeño ejercicio de autorretratos. El tema de los autorretratos no nació del ego, ni de una necesidad de mostrarme, sino más bien de una necesidad de reconocerme y de seguir ejerciendo lo que me gusta hacer, la fotografía, y más específicamente, el retrato.

“Este escenario es el escenario de lo posible y, en una situación así de extrema, sin referentes y sin guías, el que esté dispuesto a crear se vuelve referente y guía”

Natalia Boccalon y sus aliadas

Cuéntanos un poco de tus colaboraciones con las diseñadoras Mayle Vázquez y Mónica Varela. ¿Cómo nacieron, cómo se dio el proceso creativo, retos, sorpresas?

Probablemente Maylé fue una de las personas con las que más hablé durante el confinamiento. Un día me manda un VN explicándome que va a sacar esta colección de ropa para estar en casa, no sabía qué hacer con las fotos pues no quería exponerse ella ni a su familia al virus y armar una producción en este momento es logísticamente inviable. Dijo que se haría unos selfies. Le dije -sin pensar ni un momento en lo complicado que esto iba a ser para mí- que ni se le ocurriera hacerse selfies, que me mandara los vestidos, que yo me tomaría unos autorretratos.

Al inicio, ella estaba algo dudosa, pues digamos que no iba a tener participación directa en la campaña (la entiendo totalmente). A la semana de tener esa conversación vi un editorial de GQ con Robert Pattinson en el marco del confinamiento, con autorretratos producidos y creados por él. Se lo envié a Maylé y le dije: esto lo están haciendo en GQ, ¡tenemos que activarnos ya! Ella estuvo de acuerdo. Las referencias que teníamos era una estética más oscura, en interiores, algo que evocara el encierro. Luego pensé por qué mejor no evocar a la libertad, los espacios abiertos y un panorama que representara lo que todos queremos, salir a ser libres.

Luego de hacer este primer set de fotos, me sorprendí mucho, no sólo con las fotos, sino al verme a mí en ellas. Me daba muchísima vergüenza pensar que mi cara iba a estar en las redes. La colaboración con Mónica vino después, me contactó al ver lo que había hecho con Maylé y yo encantada de trabajar con ella. Mónica es sumamente talentosa y tiene un estilo único. Me gusta ver el “refresh» que se está promoviendo en la estética local.

“No extraño para nada mi vieja rutina, no extraño el tráfico vehicular, no extraño estar siempre apurada”

La lección aprendida

• ¿En qué proyectos estas trabajando ahora mismo?

Estoy orientando mi carrera a lo que siempre me ha gustado y me ha llenado más, que es la fotografía de retratos y moda. Es lo que más he trabajado desde que empezó el 2020, y creo que la cuarentena sólo ha acelerado ese proceso de transición. Además de esto, estoy trabajando en dos colecciones de prints, una está en post producción y la otra en etapa de conceptualización.

• ¿Qué lecciones te ha dejado esta experiencia en lo personal y en lo profesional?

Que la clave de todo es ser maleable, porque lo que no se dobla se quiebra. Siento que esta experiencia me ha hecho una persona mucho más completa, y me ha dado el espacio para ser más auténtica que nunca, como individuo y como fotógrafa. Hay una frase de Bruce Lee que creo que compacta toda esta experiencia: “Be like water making its way through cracks. Do not be assertive, but adjust to the object, and you shall find a way around or through it. If nothing within you stays rigid, outward things will disclose themselves. Empty your mind, be formless. Shapeless, like water. If you put water into a cup, it becomes the cup. You put water into a bottle and it becomes the bottle. You put it in a teapot, it becomes the teapot. Now, water can flow or it can crash. Be water, my friend.”

• ¿Cómo te gustaría que terminara el 2020?

Me gustaría, sobre todo, que termine.